Mi Padre era mecánico (un gran profesional!) y se pasó la vida rodeado de tornos, fresas y bielas. Cuando le llevaba a las exibiciones de la F.I.O disfrutaba muchísimo pudiendo ver con detalle esos maravillosos motores que montan los aviones. Aquí aparece frente a su favorito el Boeing "Stearman".
Papá ahora que te has ganado las alas, puedes volar sin necesidad de usar tus admirados motores de explosión! Que disfrutes, te lo has ganado!
lunes, 22 de febrero de 2010
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Grande Paco.
ResponderEliminarComo dice un amigo mio, fin de impresión.
;)
Un abrazo.
Un abrazo grande Toni!
ResponderEliminarPues por mi modestísima y egoista parte solo debo añadir agradecimientos al D. Alfredo ya que sus "fresas, bielas y tornos" probablemente hicieron mucho por los que ahora disfrutamos de los "cacharros" que su hijo tiene a bien mostrarnos.
ResponderEliminarGracias Señor Cajander! Te mando un abrazo virtual!
ResponderEliminarQué buen homenaje a tu padre. Un regalo.
ResponderEliminarSoy tan torpe y egoista ,que no me di cuenta de todo lo que debía a mi padre hasta que yo mismo lo fui. Le debo todo y no se lo podré pagar nunca!
ResponderEliminarte acompaño en el sentimiento paco
ResponderEliminary que mejor homenaje que haberle dedicado uno de tus dibujos
magnifico como siempre
saludos y gracias por tu comentario en mi blog
Gracias Josu! Me encanta la frescura de tu estilo
ResponderEliminarUn gran homenaje los dibujos que estás dedicando a tu padre. Te acompaño en el sentimiento, aunque con días de retraso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Adolfo!
ResponderEliminarEl taller de mi padre. En los cristales
ResponderEliminarse pintan los albores otoñales
y la luz hiberniza
de un ocaso de bronce y de ceniza.
Sobre el banco, el serrucho y el cepillo,
el heráldico nonius, el martillo,
las gubias, los escoplos, la segueta;
una pieza incompleta
está presa en las fauces del tornillo.
Al lado está la fila de formones,
gastadas hojas de papel de lija,
las colas de ratón y la prolija
caja de chapa llena de listones.
Flota un olor de cola y de madera
en aserrín que pica en la garganta,
de barniz y de cera.
Mi padre lima o pule. A veces canta
absorto en la faena,
casi sin darse cuenta, y la escofina
trabaja a los compases de Farina,
del Príncipe Gitano y de Marchena.
La herramienta se afana dócilmente
hincando el férreo diente
en aristas infinitesimales.
Tiene el artífice la cabeza cana
arrimada a la luz de la ventana
sobre el fondo de vistas otoñales.
El olor de la cena llega al tajo
por el pasillo, desde la cocina,
y calla la escofina;
el artista abandona su trabajo
y deja la herramienta
con descuido, en el banco al que se sienta.
Ejército de sombras extendidas
va tomando la tarde. En los balcones
crece una luz de lámparas prendidas
que invade ya zaguanes y salones.
El taller queda oscuro y solitario.
Acaso un poster brillo
se quiebra contra el hierro del cepillo
cual la flecha de un tenue sagitario
con su fuego amarillo;
chisporrotea un punto, se estremece
y al fin desaparece.
(In memoriam EAL. 1925 - 2003)
Que tu padre, a quien conocí y aprecié, descanse en paz. A ver si se encuentra con el mío por ahí arriba y se dedican a hablar de árboles de levas y de cigüeñales: tiempo no va a faltarles.
Gracias Emilio!!!! Puff.......me estoy recuperando.
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